Los ochocientos metros cuadrados de salas de los que dispone el museo de Abensberg constan tanto de exposiciones permanentes, así como de exposiciones temporales.

  • Sótano: Minas neolíticas
  • Planta baja: Información, tienda, cafetería, guardarropa, servicios.
  • Primera planta: Exposiciones temporales, pedagogía museal, servicios.
  • Segunda planta: Historia de la ciudad: De una fortaleza a una ciudad. Servicios.
  • Tercera planta: Historia de la ciudad: Vida y trabajo.
  • Cuarta planta: Vida religiosa en Abensberg y alrededores.
  • Quinta planta: Hijos predilectos de Abensberg. Centro de investigación.

El foco principal de la exposición permanente está centrado en el desarrollo histórico de Abensberg. Desde el clan Babo y los orígenes de Gillamoos hasta la batalla librada por Napoleón en 1809, la exposición describe el camino de como Abensberg pasó de ser una fortaleza a una ciudad. El museo nos presenta a los hijos predilectos de la ciudad como Aventinus, padre fundador de la historia bávara; relata la vida religiosa de la ciudad en las escenas de la Natividad de los cuadros de Sebastian Osterrieder y resalta el día a día de los gremios y sus asociaciones.

Ya incluso 6000 años antes de las primeras referencias a la ciudad de Abensberg, en el Neolítico, fue explotada en la zona una de las mayores minas de sílex de Europa. El hombre neolítico extrajo aquí las materias primas para la producción de una de las herramientas más importantes: la piedra de fusil, conocida también como sílex.